7 de febrero de 2013.
Salimos de Montevideo a las 12 del mediodía y
llegamos a Bogota a las 22,30, estuvimos en transito 13,30 horas
(diferencia horaria de -3 horas).
El vuelo de LAN hacia Colombia lo hicimos en un
Boeing 787 Dreamliner, el avión más nuevo de la compania.
Con una población total de 46 millones y
superficie de 1.148.748 km, su capital Bogota situada en el departamento de Cundinamarca
en la parte oriental de cordillera de los Andes se levanta monumental a 2600 metros
de altura, con 10 millones de habitantes y una cuadricula de 400 calles por 200
carreras aproximadamente.
8 de febrero de 2013.
Bogota
Iniciamos con city tour desde las 9 hasta las
14. Recorrimos varias zonas desde Los Rosales hasta el barrio histórico de la
Candelaria.
Los bogotanos se caracterizan por su
amabilidad, un tráfico insoportable y su gran patrimonio histórico.
Tienen un sistema de estratificación social que
va del sector 1 al 6 y según donde viven pagan sus impuestos; un sistema de
tránsito par e impar de placas para circular según el día; las
universidades son en su gran mayoría privadas y caras y con un sistema de becas
y prestamos bancarios; la colimba es obligatoria
cuando terminan el bachillerato y si tienen un hijo pueden tener suerte que “no
se lo quiten”. La gran mayoría de los colombianos saben manejar
armas.
La seguridad es extrema, con todo
tipo de ellas, desde privados hasta militares con perros en cada esquina.
Visitamos el Museo del Oro el cual cuenta con 7 pisos y cuya colección es
increíblemente impresionante, escoltados siempre por seguridad observamos
atónitos varios objetos hermosos, cada uno de lo cuales tiene una explicación.
Vimos la obra de arte más cara y preciada del museo la cual consta de una
pequeña barca con detalles minuciosos y completamente en oro, en un auditorio
nos regocijamos con un show de luces y música donde se exponía una serie de
tesoros invaluables y en cuyo centro se encontraba un hoyo con joyas sumergidas
en agua, impresionante.
Fuimos a una tienda especializada en oro y
esmeraldas en el cual nos demostraron desde como se extrae hasta que llega a
nuestras manos. Nos enseñaron a distinguir una verdadera de una falsa (la falsa
a través de un lente se ve como una piedra marrón, mientras la verdadera
conserva el color verde). Conseguí ver una pieza valuada en usd 64000.
Desde allí recorrimos el Barrio de la Candelaria con sus calles estrechas y sus casas
históricas. Bajamos en la Plaza de Bolívar donde se encuentran el Congreso
Nacional, el Palacio de Justicia, el Edificio Liévano (estilo francés), la
Iglesia de San Ignacio de Loyola, la Catedral Primada, la Capilla del Sagrario
y la Alcaldía Mayor. Pasamos por el
Museo la Casa de la Moneda, la Biblioteca García Márquez y el Museo Botero. Terminamos
el recorrido en La Iglesia de la Candelaria. A las 14 horas nuestros amigos bogotanos nos
pasaron a buscar por el Hotel Hamilton Court en plena zona rosa para dirigirnos
a la Catedral de Sal en Zipaquira
a las afueras de la ciudad. Es un recinto construido en el interior de
las minas de sal. En realidad
se trata de un sitio turístico, es más como un museo que como un verdadero
templo,
pues no es la sede de ningún prelado. El diseño arquitectónico y artístico es del Arquitecto Roswell Garavito Pearl. En su interior se
encuentra una rica colección artística, especialmente de esculturas de sal y
mármol en un ambiente lleno de un profundo sentido religioso que atrae a
turistas.
La iglesia subterranea es considerada como uno de los logros arquitectónicos y artísticos
más notables de la arquitectura colombiana, otorgándosele incluso el título de
joya arquitectónica de la modernidad. La importancia de la Catedral, radica en
su valor como patrimonio cultural, religioso y ambiental. En 2007 mediante un concurso para elegir las 7 Maravillas de
Colombia; la Catedral obtuvo la mayor votación; convirtiéndola en la
Maravilla No.1 de Colombia. Ya de vuelta paramos a cenar en Santa Fe comida típica colombiana (picada grande con carnes y verduras y Ajiaco, una sopa de pollo). Estábamos exhaustos y nos fuimos a dormir.
9 de febrero de 2013.
A las 8AM nos pasaron a buscar nuestros amigos bogotanos (Javier y Catalina) para subir a Monserrate. El Cerro de Monserrate es el símbolo por excelencia de Bogotá. Funicular que transporta a diario a los capitalinos y turistas, que se empezó a construir en 1926 y fue terminado en 1928. Al levantar la mirada desde cualquier punto de la ciudad, es imposible no toparse con aquel cerro que la vigila. Don Juan de Borja, Presidente del Nuevo Reino, fue quien autorizó la construcción en el lugar de una capilla dedicada a la Virgen Morena de Monserrat, cuyo santuario se encuentra ubicado en la provincia de Barcelona, en España.
9 de febrero de 2013.
A las 8AM nos pasaron a buscar nuestros amigos bogotanos (Javier y Catalina) para subir a Monserrate. El Cerro de Monserrate es el símbolo por excelencia de Bogotá. Funicular que transporta a diario a los capitalinos y turistas, que se empezó a construir en 1926 y fue terminado en 1928. Al levantar la mirada desde cualquier punto de la ciudad, es imposible no toparse con aquel cerro que la vigila. Don Juan de Borja, Presidente del Nuevo Reino, fue quien autorizó la construcción en el lugar de una capilla dedicada a la Virgen Morena de Monserrat, cuyo santuario se encuentra ubicado en la provincia de Barcelona, en España.
Este pequeño tren se ha erguido lentamente en un parsimonioso andar que permite a sus pasajeros la contemplación de la
naturaleza y el paisaje citadino que va quedando atrás a medida que se van
alcanzando los 3.152 metros sobre el nivel del mar, a los que queda su estación
superior.
A diferencia de tranvías y trolebuses que hoy son piezas de museo, la historia del Funicular se ha seguido escribiendo a diario, paso a paso, 3.2 metros por segundo para ser exactos.
Y como quien se resiste a detenerse al paso del tiempo, en diciembre de 2003, el Funicular inició una nueva etapa con un diseño más moderno en sus coches, que ahora abren sus puertas al cielo con un techo de cristal, para que nadie pueda perderse ni un solo detalle de los bosques que circundan la ciudad, su hermosa panorámica y los bellos atardeceres.
Ubicado a 3.152 metros de altura sobre el nivel del mar, alberga en su cima el Santuario del Señor Caído, lugar de peregrinación de nacionales y extranjeros, rodeado de una exuberante vegetación y desde donde se aprecia el mejor paisaje de la sabana bogotana y donde confluyen la Fe, la naturaleza, el deporte y lo mejor de la gastronomía nacional y extranjera.
El lugar era ideal para un monasterio, que finalmente fue terminado en 1657, con ayuda de los santafereños y que años más tarde albergaría a su más ilustre huésped: el Señor Caído, obra del maestro santafereño Pedro de Lugo y Albarracín; quien logró no sólo una hermosa imagen de impresionante valor artístico, sino que logró reunir la fe religiosa de la ciudad. Cada día, miles de creyentes suben con devoción los escalones que llevan al santuario en la cumbre, como acto penitencial. Y en el fondo del templo, en un camarín especial, la hermosa y venerable imagen del "Santo Cristo Caído a los azotes y clavado en la cruz", preside silenciosa la gigantesca e ininterrumpida peregrinación de sus devotos.
Por un camino estrecho y mal empedrado suben y bajan desde hace casi 5 siglos los peregrinos y los amantes de la naturaleza, sedientos de paz y en busca de una luz que ilumine su sendero personal, alivie sus quebrantos y dé respuesta a sus más profundas inquietudes.
Y sin romper la armonía de la naturaleza ni perturbar el paisaje, un teleférico y un funicular facilitan el acceso a miles de personas que también desean alcanzar la cumbre. Asentado en la cima del cerro, como atalaya imperturbable, un hermoso Santuario preside y vigila tanto la ciudad capital como la sabana verde y apacible que le sirve de tapete.
A diferencia de tranvías y trolebuses que hoy son piezas de museo, la historia del Funicular se ha seguido escribiendo a diario, paso a paso, 3.2 metros por segundo para ser exactos.
Y como quien se resiste a detenerse al paso del tiempo, en diciembre de 2003, el Funicular inició una nueva etapa con un diseño más moderno en sus coches, que ahora abren sus puertas al cielo con un techo de cristal, para que nadie pueda perderse ni un solo detalle de los bosques que circundan la ciudad, su hermosa panorámica y los bellos atardeceres.
Ubicado a 3.152 metros de altura sobre el nivel del mar, alberga en su cima el Santuario del Señor Caído, lugar de peregrinación de nacionales y extranjeros, rodeado de una exuberante vegetación y desde donde se aprecia el mejor paisaje de la sabana bogotana y donde confluyen la Fe, la naturaleza, el deporte y lo mejor de la gastronomía nacional y extranjera.
El lugar era ideal para un monasterio, que finalmente fue terminado en 1657, con ayuda de los santafereños y que años más tarde albergaría a su más ilustre huésped: el Señor Caído, obra del maestro santafereño Pedro de Lugo y Albarracín; quien logró no sólo una hermosa imagen de impresionante valor artístico, sino que logró reunir la fe religiosa de la ciudad. Cada día, miles de creyentes suben con devoción los escalones que llevan al santuario en la cumbre, como acto penitencial. Y en el fondo del templo, en un camarín especial, la hermosa y venerable imagen del "Santo Cristo Caído a los azotes y clavado en la cruz", preside silenciosa la gigantesca e ininterrumpida peregrinación de sus devotos.
Por un camino estrecho y mal empedrado suben y bajan desde hace casi 5 siglos los peregrinos y los amantes de la naturaleza, sedientos de paz y en busca de una luz que ilumine su sendero personal, alivie sus quebrantos y dé respuesta a sus más profundas inquietudes.
Y sin romper la armonía de la naturaleza ni perturbar el paisaje, un teleférico y un funicular facilitan el acceso a miles de personas que también desean alcanzar la cumbre. Asentado en la cima del cerro, como atalaya imperturbable, un hermoso Santuario preside y vigila tanto la ciudad capital como la sabana verde y apacible que le sirve de tapete.
El bosque Andino alto, esta
ubicado entre los 2750 y 3200 metros sobre el nivel del mar, con temperatura
entre los 9ºc y 12ºc, se caracteriza por una vegetación alta y cerrada con
bosques de encenillo y otras especies como pegamoscos, gaque, canelo espino,
arrayan y uva.
El bosque andino bajo,
aparece en las laderas bajas de los cerros entre los 2550 y 2750 metros sobre
el nivel del mar, esta formado por una gran diversidad de especies como el
gomo, el mano de oso, el trompeto, el cedrillo, el raqué y gran variedad de
helechos, frailejones, chusque, tagua y liquenes entre otros.
Debido a las quemas, tala y
plantación de especies foráneas como el pino y el eucalipto, la mayoría de la
fauna que lo poblaba ha desaparecido. En los reductos secundarios se encuentran
mamíferos pequeños como ratones forestales, murciélagos nectarivoros,
marsupiales, comadrejas y zorros; y unas 58 especies de aves lo que corresponde
al bosque andino alto. Fue muy interesante la experiencia.
En el bosque andino bajo existen algunas comadrejas, runchos y cánidos. En cuanto a las aves hay mirla negra, golondrina, cernicalo, chirlobirlo, copetones, cucaracheros y varios mas. Compramos te de coca, caramelos de café y nos tomamos te de panela.
En el bosque andino bajo existen algunas comadrejas, runchos y cánidos. En cuanto a las aves hay mirla negra, golondrina, cernicalo, chirlobirlo, copetones, cucaracheros y varios mas. Compramos te de coca, caramelos de café y nos tomamos te de panela.
Luego nos dirigimos al Museo Botero, una joya más del arte
colombiano. La lentitud
en la toma de decisiones por parte de las autoridades antioqueñas le llevó a
aceptar la propuesta del alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, de donar su colección a
Bogotá. Aunque Peñalosa propuso construir un nuevo museo para albergarla, el
artista prefirió entregar su colección particular de arte, valorada en más de
200 millones de dólares, al Banco de la República de Colombia, en Bogotá,
institución con una larga trayectoria de actividades culturales relacionadas
con la numismática, el arte y las bibliotecas, y en cuya Biblioteca Luis Ángel Arango había
expuesto años atrás la serie de La Corrida.
Alberga una numerosa colección de obras donadas con la intención de difundir las artes y la cultura en su país natal. De las obras, 87 corresponden a su colección personal de arte universal y el resto, cerca de 123 piezas, fueron realizadas por el mismo artista. Inicialmente de piezas precolombinas, posteriormente de arte colonial y más recientemente de dibujo, pintura y escultura moderna universal. Hasta 1999, todas sus colecciones se hallaban dispersas en los apartamentos del artista en Nueva York, París, Montecarlo y Pietrasanta, además de un depósito en un banco suizo.
Alberga una numerosa colección de obras donadas con la intención de difundir las artes y la cultura en su país natal. De las obras, 87 corresponden a su colección personal de arte universal y el resto, cerca de 123 piezas, fueron realizadas por el mismo artista. Inicialmente de piezas precolombinas, posteriormente de arte colonial y más recientemente de dibujo, pintura y escultura moderna universal. Hasta 1999, todas sus colecciones se hallaban dispersas en los apartamentos del artista en Nueva York, París, Montecarlo y Pietrasanta, además de un depósito en un banco suizo.
En el año 2000, la colección llegó a Colombia
después de una exposición en la Fundación
Santander Central Hispano de Madrid. Tras
este obsequio a Bogotá, por petición de las autoridades antioqueñas, el artista
aportaría un conjunto significativo de piezas de su autoría al Museo de Antioquia (luego de su cambio de
sede), además de un conjunto de esculturas para el Parque Botero (al frente de
dicho Museo).
Aunque ya el grueso de la colección de artistas internacionales había sido cedido por Botero a Bogotá, éste decidió reunir un nuevo conjunto de cerca de 21 piezas (Matta, Lam, Stella, Rodin, etc.), para ser donado al Museo de Antioquia. La Curaduría del Museo Botero de Bogotá fue realizada por el mismo Fernando Botero con el apoyo de María Elvira Escallón y José Ignacio Roca. Una de las cláusulas de la donación, fue que ninguna obra donada podía ser prestada o cambiada de ubicación luego de colgada. Por ello, el montaje de las obras se mantiene tal cual como Botero lo decidió. La colección de 87 piezas de arte internacional donadas por el artista, se divide en varios núcleos:
Aunque ya el grueso de la colección de artistas internacionales había sido cedido por Botero a Bogotá, éste decidió reunir un nuevo conjunto de cerca de 21 piezas (Matta, Lam, Stella, Rodin, etc.), para ser donado al Museo de Antioquia. La Curaduría del Museo Botero de Bogotá fue realizada por el mismo Fernando Botero con el apoyo de María Elvira Escallón y José Ignacio Roca. Una de las cláusulas de la donación, fue que ninguna obra donada podía ser prestada o cambiada de ubicación luego de colgada. Por ello, el montaje de las obras se mantiene tal cual como Botero lo decidió. La colección de 87 piezas de arte internacional donadas por el artista, se divide en varios núcleos:
Una sala dedicada a artistas europeos de fines del siglo
XIX e inicios del siglo XX, relacionadas con el impresionismo. La siguiente sala la abre una escultura de Salvador Dalí
fechada en 1933, de la cual existe una versión en el MoMa de Nueva York.
surrealismo,
el expresionismo,
la nueva objetividad alemana y algunas obras
cercanas al cubismo.
Aunque Botero reconoce que no le gusta Dalí, admite que compró esta pieza
porque consideraba que ayudaba a "completar" la colección.
El resto de la sala está conformada por óleos de gran formato de artistas muy diversos, que oscilan entre el
El resto de la sala está conformada por óleos de gran formato de artistas muy diversos, que oscilan entre el
La siguiente sala, está dedicada a dibujos del siglo XX aunque
incluye un óleo de pequeño formato de Jacques Lipchitz (fechado en 1917). Son destacables un pastel de Edgar Degas,
una acuarela pintada en 1922 por el alemán George Grosz,
dos dibujos de Léger,
uno de Henri Matisse, otro de Gustav Klimt
y dos dibujos de Balthus,
uno de ellos, un estudio preparatorio para la célebre "Lección de
Guitarra" (1934), comprado por Botero a la viuda del poeta Paul Éluard.
Ésta última obra, ha sido prestada en varias ocasiones al Metropolitan Museum de Nueva York y a la Tate Gallery
de Londres.
La colección internacional continua en el segundo piso con
un espacio dedicado a las vanguardias americanas de mediados del siglo XX:
comparten el espacio óleos de artistas latinoamericanos como Wifredo Lam
o Roberto Matta
con obras de los norteamericanos Robert Rauschenberg o Wilhem de Kooning. Robert
Motherwell.
La siguiente sala posee varias obras importantes de la
segunda mitad del siglo XX: un estudio para un niño de Francis Bacon,
un Jean Dubuffet
de 1963 (según algunos, la primera obra adquirida por Botero para su
colección), un Joaquín Torres-García y un
Antoni Tàpies
(adquirido por Botero luego de haber hablado mal de Tàpies en una entrevista),
entre muchas otras piezas.
El siguiente espacio, dedicado a la escultura, incluye obras
de Aristide Maillol, Alexander
Calder, Anthony Caro, Giacomo Manzú, Henry Moore
y Max Ernst,
entre muchos otros artistas. La colección de cerca de 123
piezas incluye numerosos óleos, dibujos, pasteles, sanguinas y esculturas
realizadas por Botero especialmente durante los últimos veinte años. Su
producción más temprana (cuarentas, cincuentas y sesentas) no se encuentra
representada. Estos períodos pueden encontrarse en la exposición permanente del
Museo Nacional de Colombia, también en Bogotá.
Dentro de la colección se destaca una versión boteriana de la
"Monalisa" de Leonardo da Vinci y una parte de la primera
serie sobre la violencia en Colombia ("Pablo Escobar",
"Tirofijo", "Carrobomba", "La masacre de Mejor
Esquina", etc.), entre otras. La última serie sobre la violencia en
Colombia, está en la colección del Museo Nacional de Colombia. Igualmente, en
el segundo piso hay una sala dedicada a esculturas de pequeño y mediano formato
elaboradas en bronce y mármol.
Luego nos dirigimos, pasando por
la Plaza de Toros a almorzar en la casa de unos familiares de Javier y Catalina
(la casa de lucho), donde la pasamos re bien, comiendo un asado. Después de
descansar salimos a cenar con una amiga de Patricia a un lugar típico bogotano
y donde realizaban una especie de representación del carnaval de Barranquilla. Todo
muy pintoresco y animado musicalmente, hasta nos animamos a bailar un ratito.
10 de febrero de 2013.
Hoy nos toco shopping y almorzamos carne de cerdo con acompañamiento
típico.
Hicimos nuestras últimas compras en Bogota para partir a las 14.15 a Cartagena. Al arribar el clima y nuestro animo cambio radicalmente, pasando de la pesadez (por la altura) y mal clima de Bogota a la calida y húmeda Cartagena. Inmediatamente nos alojamos en el Hotel Delirio y salimos a recorrer la ciudad donde fuimos a través de sus hermosas callejuelas hasta el Café del Mar (donde no sirven café!) a comer y tomar algo y disfrutar de otro atardecer espectacular sobre la muralla de esta increíble joyita. De noche salimos de Rumba en chiva (La Coqueta). arepa de huevo) y admirar el hermoso paisaje. El paseo incluye parada en una popular discoteca (Leblon). Nos tomamos una cervezas y volvimos caminando, donde a la vuelta del hotel cenamos una picada de carne tradicional alrededor de medianoche.
Este es uno de los mayores atractivos de la vida nocturna. La ciudad festiva y alegre de la noche está a su disposición recorriéndola en las tradicionales "chivas", buses típicos pintados con llamativos colores y que incluyen una banda de músicos a bordo y bar abierto de licores nacionales. Recorrimos la ciudad noctámbula, la de románticos faroles, la de callecitas estrechas y cafés al aire libre. También visitamos el sector turístico de Bocagrande y el residencial de la Isla de Manga, para pasar más tarde al centro amurallado (las bóvedas), detenerse para saborear la tradicional fritanga cartagenera.
12 de febrero de 2013.
Hoy nos toco visitar el Museo Histórico de la Inquisición. Contratamos un guía para hacerlo mejor.
En Septiembre de 1610 fue instaurada la Inquisición en Cartagena de Indias.
Su jurisdicción abarcaba el Nuevo Reino de Granada y Venezuela hasta Nicaragua, Panamá, Santo Domingo y las Islas de Barlovento. El Tribunal de Penas del Santo Oficio tuvo aquí su sede principal. Este edificio es considerado una de las casas típicas de la arquitectura civil del siglo XVIII. Se distribuyen en su interior lo que en su momento fueron cárceles y cámaras de tortura. La Inquisición tuvo como objetivo juzgar los delitos contra la fe cristiana, y nunca reconoció inocentes.
El Santo Oficio permaneció en Cartagena de Indias hasta 1811 cuando estalló el movimiento independentista y los inquisidores fueron expulsados. Luego habrían de regresar en 1815 con El Pacificador Pablo Morillo, hasta 1821, año en que fueron erradicados definitivamente.
La fachada del Palacio, de rejas en su parte inferior y balcones en el piso superior son las características de las casa coloniales de la ciudad. La entrada principal es de estilo barroco con molduras mixtilíneas.
Fue edificada frente a la actual plaza de
Bolívar, en los lotes que ocuparon tres casas que el Santo Oficio había
arrendado desde 1610 cuando inició sus actividades y que demolió en 1630, una
vez las adquirió y decidió construir su sede.
Durante el bombardeo realizado por Vernon a la ciudad en 1714, una bomba desmanteló la casa y hubo que derribarla. A raiz de la falta de recursos, el inmueble, que albergaba la sede de los tribunales y servía como cárcel, no pudo ser reconstruida sino hasta 1770, tiempo durante el cual, el tribunal tuvo que funcionar en la casa del inquisidor más antiguo.
De acuerdo al historiador español Enrique Marco Dorta, la fachada del Palacio, con sus rejas en la planta baja y los balcones en el piso superior, presenta la fisonomía característica de las casonas coloniales de Cartagena y su portada, en uno de los ejemplos más significativos del Barroco en nuestro territorio: "las pilastras rehundidas que flanquean la puerta sostienen un entablamento, cuyo friso está decorado con estrías verticales, a modo de triglifos, colocados encima de las pilastras y de la clave. El frontón dibuja una amplia y caprichosa curva, cuyo tímpano está ocupado por un escudo rodeado de una moldura mixtilínea, terminada en espirales.
Otra moldura mixtilínea encierra todo el conjunto de la portada que, como otro detalle de barroquismo, presenta complicadas molduras en las jambas y arco de la puerta.
Sobre las espirales de la moldura anterior hay una venera con una cruz que tiene en el fondo una inscripción que indica la fecha en que se construyó: año 1770". Sobre esta fachada principal, aún se pueden ver los restos del escudo del Tribunal que fue destruido por los patriotas el 11 de noviembre de 1811, quienes también quemaron todos los archivos. Al interior, la construcción se organiza alrededor de un patio central rodeado por arcos de medio punto apoyados en pilares ochavados.
En la fachada lateral, sobre la antigua Calle de la Inquisición, aún se encuentra una pequeña ventana, defendida por una gruesa reja, que sirvió como buzón secreto donde se depositaban las denuncias que hacían los ciudadanos de manera anónima ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y que daban lugar a largos y minuciosos procesos. En los años cuarenta del siglo XX y con el fin de ser adaptada como sede de la Academia de Historia, esta casa fue sometida a un proceso de restauración por Miguel S. Guerrero y el conocido historiador de la ciudad Donaldo Bossa Herazo, quien a pesar de estar bien intencionado en la restauración, la despojó de los pañetes originales, hechos con base en cal y los reemplazó por un revoque de cemento, acción que despojó a la casa de una parte importante de su historia, por cuanto en la actualidad hay evidencia que este inmueble poseyó pintura mural, oculta bajo diferentes capas de pintura, que fue irremediablemente destruida al reemplazar el pañete.
En 1997 y con recursos de la Nación, se inició nuevamente un proceso de restauración que busca recuperar en la casa, elementos que perdió en las anteriores restauraciones, permitir que continúe como sede de la Academia de Historia y que además pueda servir como Archivo Histórico de la Ciudad.
Durante el bombardeo realizado por Vernon a la ciudad en 1714, una bomba desmanteló la casa y hubo que derribarla. A raiz de la falta de recursos, el inmueble, que albergaba la sede de los tribunales y servía como cárcel, no pudo ser reconstruida sino hasta 1770, tiempo durante el cual, el tribunal tuvo que funcionar en la casa del inquisidor más antiguo.
De acuerdo al historiador español Enrique Marco Dorta, la fachada del Palacio, con sus rejas en la planta baja y los balcones en el piso superior, presenta la fisonomía característica de las casonas coloniales de Cartagena y su portada, en uno de los ejemplos más significativos del Barroco en nuestro territorio: "las pilastras rehundidas que flanquean la puerta sostienen un entablamento, cuyo friso está decorado con estrías verticales, a modo de triglifos, colocados encima de las pilastras y de la clave. El frontón dibuja una amplia y caprichosa curva, cuyo tímpano está ocupado por un escudo rodeado de una moldura mixtilínea, terminada en espirales.
Otra moldura mixtilínea encierra todo el conjunto de la portada que, como otro detalle de barroquismo, presenta complicadas molduras en las jambas y arco de la puerta.
Sobre las espirales de la moldura anterior hay una venera con una cruz que tiene en el fondo una inscripción que indica la fecha en que se construyó: año 1770". Sobre esta fachada principal, aún se pueden ver los restos del escudo del Tribunal que fue destruido por los patriotas el 11 de noviembre de 1811, quienes también quemaron todos los archivos. Al interior, la construcción se organiza alrededor de un patio central rodeado por arcos de medio punto apoyados en pilares ochavados.
En la fachada lateral, sobre la antigua Calle de la Inquisición, aún se encuentra una pequeña ventana, defendida por una gruesa reja, que sirvió como buzón secreto donde se depositaban las denuncias que hacían los ciudadanos de manera anónima ante el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y que daban lugar a largos y minuciosos procesos. En los años cuarenta del siglo XX y con el fin de ser adaptada como sede de la Academia de Historia, esta casa fue sometida a un proceso de restauración por Miguel S. Guerrero y el conocido historiador de la ciudad Donaldo Bossa Herazo, quien a pesar de estar bien intencionado en la restauración, la despojó de los pañetes originales, hechos con base en cal y los reemplazó por un revoque de cemento, acción que despojó a la casa de una parte importante de su historia, por cuanto en la actualidad hay evidencia que este inmueble poseyó pintura mural, oculta bajo diferentes capas de pintura, que fue irremediablemente destruida al reemplazar el pañete.
En 1997 y con recursos de la Nación, se inició nuevamente un proceso de restauración que busca recuperar en la casa, elementos que perdió en las anteriores restauraciones, permitir que continúe como sede de la Academia de Historia y que además pueda servir como Archivo Histórico de la Ciudad.
La restauración del Palacio hace parte del proceso cultural que se inició en Cartagena hace
algunos años y que tiene como fin especial, la construcción del gran Centro
Cultural abierto a la historia y a las manifestaciones culturales conectadas
con instituciones similares del Caribe colombiano.
El gran Centro Cultural tiene como eje el edificio del Palacio de la Inquisición, joya del Patrimonio, el Museo Histórico y el Archivo Histórico. Para construirlo se estableció el proceso de restauración de la siguiente manera: se gestionó un proyecto ante el gobierno Nacional que se logró aprobar a través del fondo Nacional de Regalías y con algunos fondos complementarios de la Alcaldía se lograron completar tres mil millones.
El gran Centro Cultural tiene como eje el edificio del Palacio de la Inquisición, joya del Patrimonio, el Museo Histórico y el Archivo Histórico. Para construirlo se estableció el proceso de restauración de la siguiente manera: se gestionó un proyecto ante el gobierno Nacional que se logró aprobar a través del fondo Nacional de Regalías y con algunos fondos complementarios de la Alcaldía se lograron completar tres mil millones.
El programa de mayor
impacto que se está desarrollando en el Museo es el Plan de Educación, que
consiste en la realización de un calendario permanente de visitas de colegios
de manera gratuita. Su finalidad es que a través de la reflexión sobre la
historia se logre promover la identidad del Patrimonio en los niños.
Existe una exposición traída de
España que contiene 26 instrumentos de tortura utilizados por la Inquisición a
lo largo de toda su historia. Por ejemplo, el cinturón de castidad, un calzón
de cerradura metálica para conservar la virginidad de las mujeres de la época.
Así se romperá un mito porque se creía que sólo era un cuento. El objetivo
es mostrar el horror de la Inquisición para entrar en una reflexión de las
cosas que pasaron para que no se vuelvan a repetir, además servirá de atractivo
turístico.
Administrativamente el Palacio
funciona porque hay un convenio con la Alcaldía porque es un ente Público
Distrital integrado por el Distrito de Patrimonio y Cultura y la Corporación de
Turismo. La Alcaldía paga los servicios públicos y los honorarios, todos los
demás recursos que impliquen la conservación y el desarrollo del Centro
Cultural están a cargo del Palacio. Es un ente público que tiene el respaldo
del gobierno pero goza de plena autonomía, no se han tenido presiones ni
interferencias.
El Palacio se divide en dos
partes, el Archivo Histórico y el Museo Histórico. En el primero se encontrarán
los documentos que interesan a la historia de Cartagena desde finales del S.
XVIII., lo demás todo se perdió. En el Museo se manejan dos grandes temas: la
Inquisición en la planta baja y en la planta alta, toda la historia de
Cartagena en cuadros, maquetas, videos y paneles. La persona se aproxima a todo
lo que ha sido la ciudad desde el poblado indígena de Kalamary hasta nuestros
días.
El documento más antiguo es una escritura pública de compra y venta de esclavos de 1790.
El documento más antiguo es una escritura pública de compra y venta de esclavos de 1790.
¿Cómo fue el proceso de
restauración del Palacio de la Inquisición? Cuando nuevamente la casa fue
adquirida por el gobierno en el siglo XX para darle el uso destinado, se le
hicieron unas obras de acondicionamiento que las realizó Miguel Sebastián
Guerrero, artista cartagenero dedicado a las artes plásticas pero que también
hacía incursiones en la arquitectura.
El reto era desarrollarlo con modernas técnicas de museografía a través de las cuales se demostrara la historia de la ciudad, desde la época precolombina, antes de la llegada del gobernador Heredia hasta nuestros días.
También tener una sala donde se diera muestra de lo que fue la Inquisición, una sala didáctica para los niños y jóvenes. ¿En qué consistió el proceso de restauración del Palacio de la Inquisición? Teniendo como principio el tratar de conservar la materia original, se dejaron unos cimientos de la casa del S. XVII que pueden ser observados por el visitante se dejó al descubierto en el piso una parte donde se encuentran las divisiones.
Hubo reparación y cambio de pisos, de estructuras de madera y vigas. Se demolieron divisiones hechas recientemente y se dispuso un recorrido lógico. Además se reforzó parte del techo con hierro, siendo acordes con el código sismorresistente que otorgó la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
El aljibe es único. Además una característica de diferenciación de las épocas son los colores, el amarillo para el colonial y el blanco para lo contemporáneo. Barbaridades que aun no logro comprender.
El reto era desarrollarlo con modernas técnicas de museografía a través de las cuales se demostrara la historia de la ciudad, desde la época precolombina, antes de la llegada del gobernador Heredia hasta nuestros días.
También tener una sala donde se diera muestra de lo que fue la Inquisición, una sala didáctica para los niños y jóvenes. ¿En qué consistió el proceso de restauración del Palacio de la Inquisición? Teniendo como principio el tratar de conservar la materia original, se dejaron unos cimientos de la casa del S. XVII que pueden ser observados por el visitante se dejó al descubierto en el piso una parte donde se encuentran las divisiones.
Hubo reparación y cambio de pisos, de estructuras de madera y vigas. Se demolieron divisiones hechas recientemente y se dispuso un recorrido lógico. Además se reforzó parte del techo con hierro, siendo acordes con el código sismorresistente que otorgó la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
El aljibe es único. Además una característica de diferenciación de las épocas son los colores, el amarillo para el colonial y el blanco para lo contemporáneo. Barbaridades que aun no logro comprender.
Luego recorrimos la parte norte donde admiramos La Iglesia
de San Pedro Claver, las murallas, la Alcaldía Mayor y la Plaza de la Aduana.
Almorzamos en el Hard Rock. Volvimos al hotel pues 13,40 teníamos un city tour.
Recorrimos toda la parte de Bocagrande, Bocachica
y el Laguito para luego dirigirnos al Cerro de La Popa es el
accidente geográfico más elevado de la ciudad. Los españoles que lo descubrieron en 1510 se imaginaron ver una enorme galera que sobresalía del
mar, por lo que lo llamaron Cerro de la Galera, y a la cima, "La Popa de
la Galera". Buziriaco"
o "Cabro Urí" que tenía apariencia de un macho cabrío. La leyenda
cuenta que entonces Fray Alonso de la
Cruz Paredes, (Padre de la Orden Agustinos Recoletos), quién se
encontraba apartado en el desierto de Ráquira
(Boyacá),
recibió en un sueño la orden de la virgen María de erigirle un monasterio en el
lugar más elevado de una ciudad costanera. Fue así como el monje viajó hasta
Cartagena y sobre el cerro de la Popa llevó a cabo la misión ordenada. Virgen de la Candelaria, una pintura de
origen colonial que representa a la virgen de raza negra y que hoy es patrona
de la ciudad. Se cree que la construcción del templo y
convento demoró mucho más de lo previsto por los continuos saboteos
de Busiraco en forma de truenos, rayos, lluvias y vendavales.Cumbia.
El Convento dejó de ser habitado por los Padres Agustinos desde 1822
hasta 1963 a causa de la desamortización ordenada por las autoridades civiles.
Siempre ha sido el Santuario de la Virgen de la Candelaria, Patrona de Cartagena, y su imagen, que se encuentra en el retablo dorado de la capilla, es muy venerada por el pueblo católico de la ciudad y alrededores. El Papa Juan Pablo II coronó canónicamente la Virgen el domingo 6 de julio de 1986 en su visita Apostólica a Cartagena.
En época Colonial y hasta la abolición de la Esclavitud los negros africanos establecidos en la ciudad y sus alrededores tenían permiso de celebrar las fiestas de la Virgen de la Candelaria donde hacía demostraciones de sus celebraciones y donde surgió el ritmo musical de la Cumbia. A su llegada a la ciudad arrebató el cabro Busiraco y lo arrojó cuesta abajo. Desde entonces el sitio se conoce como el Salto del Cabrón y su culto fue reemplazado por el de la imagen venerada de la Virgen de la Candelaria.
Posteriormente, los antiguos cartageneros también lo llamaron Cerro de la Cruz por la cruz que lo corona. Sobre su cima se encuentra una hermosa iglesia y convento colonial construidos entre 1609 y 1611. El claustro del convento es uno de los más bellos de la ciudad colonial de Cartagena y de toda Colombia. Parece ser que en los años de la Colonia existía en su cima un adoratorio Clandestino donde los indios y esclavos africanos adoraban a una deidad llamada "Buziriaco" o "Cabro Urí" que tenía apariencia de un macho cabrío.
Siempre ha sido el Santuario de la Virgen de la Candelaria, Patrona de Cartagena, y su imagen, que se encuentra en el retablo dorado de la capilla, es muy venerada por el pueblo católico de la ciudad y alrededores. El Papa Juan Pablo II coronó canónicamente la Virgen el domingo 6 de julio de 1986 en su visita Apostólica a Cartagena.
En época Colonial y hasta la abolición de la Esclavitud los negros africanos establecidos en la ciudad y sus alrededores tenían permiso de celebrar las fiestas de la Virgen de la Candelaria donde hacía demostraciones de sus celebraciones y donde surgió el ritmo musical de la Cumbia. A su llegada a la ciudad arrebató el cabro Busiraco y lo arrojó cuesta abajo. Desde entonces el sitio se conoce como el Salto del Cabrón y su culto fue reemplazado por el de la imagen venerada de la Virgen de la Candelaria.
Posteriormente, los antiguos cartageneros también lo llamaron Cerro de la Cruz por la cruz que lo corona. Sobre su cima se encuentra una hermosa iglesia y convento colonial construidos entre 1609 y 1611. El claustro del convento es uno de los más bellos de la ciudad colonial de Cartagena y de toda Colombia. Parece ser que en los años de la Colonia existía en su cima un adoratorio Clandestino donde los indios y esclavos africanos adoraban a una deidad llamada "Buziriaco" o "Cabro Urí" que tenía apariencia de un macho cabrío.
Luego visitamos el Castillo San Felipe de
Barajas, es una fortificación
situada sobre un cerro
llamado San Lázaro y fue construido en 1536 durante a la época colonial española. Sufrió constantes
ataques por parte de los ingleses y franceses, siendo el comandante francés Barón de Pointis quien
tomara el castillo a mediados de 1697. En 1984, la Unesco incluyó el centro histórico de la ciudad de Cartagena
de Indias, el conjunto de sus fortificaciones y el castillo San Felipe de
Barajas dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad. 7 maravillas de Colombia,
reconocimiento que le acredita como una de las más grandes estructuras
construidas en territorio colombiano, luego de una encuesta realizada por el periódico
El Tiempo. También hace parte del
patrimonio histórico y cultural de Colombia, según el Ministerio de Cultura. A lo largo de toda su historia, la
fortificación militar ha sufrido varias remodelaciones con el fin de evitar su
deterioro y mantener conservado un monumento importante, no solo para el pueblo
cartagenero, sino también, para toda Colombia. Hoy en día sirve como un
atractivo turístico
y es el lugar de importantes eventos y reuniones sociales. El 14 de abril de
2012, el castillo fue el escenario principal de la cena de bienvenida en la
celebración de la VI Cumbre de las Américas.esclavos africanos. ladrillo
y la roca,
y su ubicación geográfica obedecía a una estrategia
militar, debido a la excelente elevación del terreno (40 metros sobre el nivel del mar). Gracias a esta
considerable altura, se divisaba cualquier movimiento del enemigo y por
consecuencia, se minimizaba el tiempo de reacción sobre cualquier intento de
invasión. La edificación del fortín supuso la protección de la ciudad de
Cartagena ante los ataques de los franceses comandados por de Pointis
en 1697 y de los ingleses liderados por el militar
Edward Vernon. soldados,
junto con 186 buques
y 2000 cañones, mientras que el militar español
Blas de Lezo
(su verdugo y protector de la ciudad) se defendió solo con 3600 hombres y seis
buques. Dios
te maldiga Lezo!], mientras que éste le replicó: «Para venir a Cartagena es
necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta
solo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres».
Fue construido por los españoles como un fortín inexpugnable, sinónimo de poder
y supremacía. Bolívar en aquella época, estuvo al frente de
la construcción, mientras que el ingeniero Ricardo Carr le fue encargada la
elaboración de los planos. Durante el levantamiento se instalaron ocho cañones
y cuatro artilleros como mecanismos de defensa; el fortín también
estaba custodiado por veinte soldados. Sin embargo, la fortaleza sufrió varios
desperfectos luego de que en 1697 fuese atacada por el barón de Pointis. Con el
transcurrir del tiempo, la enorme estructura fue objetivo de múltiples
remodelaciones. Además de los ocho cañones originales, se instalaron otras
cincuenta y cinco piezas para completar un máximo de sesenta y tres cañones,
todos acondicionados con su propia cuerpo de artilleros, luego de que el
militar Antonio de Arévalo emprendiera las labores a
mediados de 1762. La construcción del fortín militar obedeció en
gran parte a una estrategia militar, no solo por el posicionamiento
estratégico, sino también por la mayoría de métodos defensivos utilizados en
aquella época. Las paredes externas que conforman y rodean la enorme estructura
de piedra se edificaron de manera oblicua con el objetivo de contrarrestar los
ataques militares de los adversarios.
Debido a su imponente estructura y la forma geométrica en que fue edificado, se
le considera una de las más grandes obras construidas en todo el continente de América.
La edificación tuvo un costo aproximado de 13 235 pesos de oro y la
culminación de las obras se dio en 1798, después de un arduo trabajo que duró
más de tres décadas.cerro de San Lázaro,
nombre con el que se conoció anteriormente a la fortificación. Colombia
declarado Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco,
debido a su imponente y completa arquitectura colonial. Aunque fue construido
hace mucho tiempo, todavía se conservan las baterías, las garitas, el aljibe, las
residencias, y los túneles subterráneos que fueron utilizados como resguardo. En la
parte subterránea también se encuentran unos cuartos especiales donde se puede
albergar a más de trescientas personas. Se construyeron por lo menos siete
baterías: San Lázaro, Santa Bárbara, la Redención, San Carlos, los Apóstoles,
la Cruz y el Hornabeque, todas distribuidas estratégicamente. Gran parte del césped ha revestido
diversos sectores y áreas del castillo como las almenas y los paramentos. Justo
en frente del castillo se encuentra una estatua
del almirante
español
Blas de Lezo,
comandante militar y defensor de Cartagena de Indias en los años 1700.
Otro monumento ubicado en las cercanías del castillo son «las botas viejas», un
sector histórico y de gran afluencia para los turistas. Las estatuas (dos pares
de zapatos) fueron erigidas en 1943 en representación del poeta colombiano Luis Carlos López, conocido con el apodo de El Tuerto, por el poema A mi ciudad nativa. A unos pocos
metros se encuentra la escultura de la India
Catalina, quien fuera hija de un cacique y gobernante de una tribu
etnia; Catalina fue obra del escultor español Eladio Gil Zambrana.
El fortín presenta una arquitectura clásica de la época militar española, donde se encuentra gran cantidad de plazuelas localizadas en varias partes del castillo y varias garitas que muestran un estilo renacentista. Las paredes son altas y extensas, se evidencia también gran cantidad de corredores y de sitios edificados estratégicamente como resguardos y túneles de más de 600 metros de longitud.
Luego visitamos el Museo de la Esmeralda donde nos hicieron un recorrido desde su estado natural hasta transformarse en una joya preciada. Nos ganamos una pequeña muestra como un presente del Museo.
Cenamos a la luz de las velas en la Plaza de Santo Domingo, frente a su Iglesia.
El fortín presenta una arquitectura clásica de la época militar española, donde se encuentra gran cantidad de plazuelas localizadas en varias partes del castillo y varias garitas que muestran un estilo renacentista. Las paredes son altas y extensas, se evidencia también gran cantidad de corredores y de sitios edificados estratégicamente como resguardos y túneles de más de 600 metros de longitud.
Luego visitamos el Museo de la Esmeralda donde nos hicieron un recorrido desde su estado natural hasta transformarse en una joya preciada. Nos ganamos una pequeña muestra como un presente del Museo.
Cenamos a la luz de las velas en la Plaza de Santo Domingo, frente a su Iglesia.
13 de febrero de 2013.
Hoy tomamos un tour al Volcán del Totumo, cono
volcánico lleno de lodo y conocido por sus propiedades terapéuticas y de gran
diversión, que se encuentra ubicado en la zona rural del municipio de Santa Catalina (Bolívar), junto a la Ciénaga del Totumo. Galerazamba y Pueblo Nuevo
son los más cercanos al mismo. La formación presenta una escasa elevación
(aproximadamente veinte metros), para llegar a su crater
es preciso ascender por una rústica escalera de madera por el lado derecho y allí
dentro los lugareños te realizan masajes relajantes, te sacan fotos con tu
propia cámara y luego de bajar por la parte izquierda te limpian el lodo las
mujeres en la ciénaga y los niños las chinelas (cada item tiene un costo extra). Luego nos dirigimos al poblado de Manzanillo para almorzar al lado del Mar
Caribe. Experiencia única!
Recorrimos la ciudad con sus
calles y casas hermosas hasta Las Bóvedas de la muralla (se ubican entre los
fuertes Santa Clara y Santa Catalina. Se considera el último proyecto de la
Colonia realizado dentro de la ciudad amurallada. Tiene 47 arcos y 23 bóvedas.
Tuvo uso militar durante la Colonia y en la Independencia sirvió de cárcel.
Luego de su restauración, en ellas funcionan tiendas de artesanías y
antigüedades, bares y galerías), donde compramos algunos objetos de un artista
local llamado Alejandro López y admiramos la casa de Gabriel García Márquez.
Cenamos en la Plaza de San Diego
y nos tomamos unos tragos en el Hard Rock Café.
14 de febrero de 2013.
Isla de Barú
Traslado a Isla de Barú, Check in
en Hotel Royal Decamerón (block 7, piso 2, habitación 05, o sea 7205), almuerzo,
playa, bar, cena.
15 de febrero de 2013.
Desayuno, playa, piscina,
almuerzo, cambio de habitación (3101), playa, piscina, bar, al retornar a la
habitación había champán y frutas tropicales. Cenamos a la carta en el
restaurant Il Forno (comida italiana).
16 de febrero de 2013.
Nos comimos las frutas (7am), desayuno,
playa Puntilla (paraíso) y almuerzo, piscina, bar. Cenamos a la carta en el
restaurant Eurasia (comida asiática).
17 de febrero de 2013.
Desayuno, tv (futbol y tenis),
piscina, almuerzo, piscina, atardecer en sector ocean front, aperitivo y bar.
Cenamos a la carta en el restaurant La Pesca del Día.
18 de febrero de 2013.
Desayuno, playa Puntilla y
almuerzo, piscina, bar y cena buffet en Portonao.
19 de febrero de 2013.
Desayuno, piscina, check out,
bar, almuerzo, traslado al Holiday Inn Cartagena Morros, cocktail de
bienvenida, cena en el hotel, espumante
en terraza de la habitación.
20 de febrero de 2013.
Desayuno, piscina, masajes
descontracturantes en la playa, almuerzo en la piscina, paseo y cena por centro
histórico.
21 de febrero de 2013.
Hoy disfrutamos del hotel y a las
18 horas salimos al aeropuerto (vuelo: hora 20,15).
Colombia nos sorprendió
gratamente; su gente, arte, historia, cultura y como dice el lema de su campaña de turismo
“El riesgo es que te quieras quedar”.